«La energía de fusión será la mayor industria del planeta»
Steve Cowley, director del programa de fusión británico asegura que su importancia será máxima en 30 años
Día 23/06/2012 - 12.39h
«La energía de fusión será la mayor industria del planeta»
Steve Cowley, director del programa de fusión británico
asegura que su importancia será máxima en 30 años
EFE
Día 23/06/2012 - 12.39h
¿Podrá la energía de fusión salvar el mundo?
Físicos dan un nuevo paso para lograr la fusión
Aunque todavía está en un estado incipiente de desarrollo,
la gran esperanza energética del futuro de la humanidad pasa por la fusión
nuclear. Según Steve Cowley, director del programa de fusión británico y asesor
del primer ministro británico David Cameron, esta tecnología "segura,
limpia e inagotable", será en pocos años la mayor industria planetaria.
Por eso pide a Europa que mantenga una apuesta firme por ella.
En una entrevista con Efe, Steve Cowley, miembro del Council
for Science and Technology, asegura que la fusión será "la energía del
futuro".
Cowley ha participado esta semana en Madrid en un seminario
organizado por el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y
Tecnológicas (CIEMAT), una instalación española puntera en la investigación de
esta energía.
Actualmente, el ochenta por ciento de la energía que se
consume en el mundo procede de combustibles fósiles, un negocio que mueve
anualmente más de seis billones de dólares al año, según Cowley. Sin embargo,
estos combustibles son limitados, muy contaminantes y responsables de la mayor
parte de las emisiones de CO2 a la atmósfera. El resto del pastel energético
(cerca del veinte por ciento) se reparte entre la energía nuclear y las renovables
(solar y eólica).
No obstante, sustituir los combustibles fósiles por energía
nuclear y renovables es imposible, porque muchos países han rechazado la
nuclear por insegura, y la energía solar es muy cara, explica el investigador.
La energía nuclear de fusión, sin embargo, "es perfecta" porque, a
diferencia de los combustibles fósiles, "no contamina", no provoca
problemas medioambientales y, al contrario que la nuclear, "no es
radiactiva, ni genera residuos de larga duración".
La energía de fusión reproduce las reacciones que tienen
lugar en las estrellas, que utilizan el hidrógeno como combustible. Para
recrear esa fusión, se usan dos isótopos del hidrógeno (deuterio y tritio), un
gas que a 200 millones de grados centígrados se convierte en el cuarto estado
de la materia, el llamado "plasma".
El plasma, confinado en un campo magnético, produce una
energía que "aún es muy cara de obtener y que además sólo sabemos hacer a
gran escala, con máquinas grandes, y un elevado coste económico". De
momento esta técnica consume diez veces más energía de la que genera.
La apuesta internacional
Para demostrar la viabilidad científica y técnica de la
energía nuclear de fusión, se creó un consorcio internacional para construir un
reactor experimental denominado ITER. La UE (responsable del 45 por ciento de
la inversión), Japón, China, India, Corea, Rusia y EEUU, construyen en
Cadarache (Francia) el prototipo, que se estima que costará al menos 12.000
millones de euros.
"En 2025, ITER llevará a cabo un experimento histórico.
Para entonces la mayor parte de los problemas técnicos y retos actuales estarán
solucionados y se demostrará que la fusión es viable", asegura Cowley.
Fusionar átomos ya se ha hecho muchas veces, lo difícil es extraer, de manera
controlada, más energía de la que se introduce en el sistema.
"Para entonces, Europa debería estar a la cabeza de la
investigación de esta tecnología porque si logramos construir plantas
productoras para el resto del mundo, será la mayor la mayor industria del
planeta, la que sustituirá al gas, al petróleo, etc".
Industria y medio ambiente
Eso sí, advierte Cowley, hasta que la energía de fusión sea
una realidad, habrá que construir más centrales nucleares. "Tomemos como
ejemplo a Alemania. Es un país antinuclear que intenta consumir sólo
renovables. El riesgo es que si la energía sale más cara, la industria se
vuelve poco competitiva y entonces se traslada a lugares con energía fósil o
nuclear, donde la producción es más rentable y la energía más barata".
Así que, dada la alta dependencia de la industria moderna
con el precio de la energía, "Alemania está perdiendo competitividad, y si
Alemania se equivoca, la UE se hundirá".
Además, lamenta Cowley, "eso no ayuda al planeta porque
la industria no deja de contaminar, simplemente se traslada a lugares donde se
le permite hacerlo. Así que hay que asegurarse de que ayudamos al planeta de
manera sostenible y, al mismo tiempo, que la economía de la UE sea
competitiva"
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