28 mar 2013
Lo habitual es que si hay que demoler un edificio ocurra una
voladura controlada que hace caer el edificio de arriba a abajo, pero en Japón
ya hay una empresa que lo hace al revés: primero cortan las columnas de la
parte baja del edificio, las sustituyen por unos gatos hidráulicos y consiguen,
de forma controlada, hacer bajar todo el edificio, planta a planta. Según la
empresa, este método es más seguro, crea menos ruído y polvo, es más rápido y,
sobre todo, permite separar los materiales y reciclarlos mejor.
Recuerdo que Rafa Escolá, fundador de Idom, hizo algo
semejante en 1966, cuando Cementos Lemona descubrió que varias partidas de su
producción habían resultado defectuosas. La aluminosis declarada obligaba a
derruir los edificios o a sustituir las partes afectadas. En aquella España
pobre Rafa optó por ir identificando los diferentes edificios y los pilares y
vigas que habían resultado afectados. Después actuando con gatos fue
sustituyéndolos por otros nuevos.
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