Un estudio sostiene que la energía geotérmica puede
quintuplicar la capacidad eléctrica actual.
Así lo determina un estudio de la Universidad de Valladolid. La
temperatura aumenta 30ºC cada km que se desciende bajo tierra. Las regiones con
mayor potencial: Galicia, Castilla y León, Andalucía y Cataluña. Ampliar
fotoCentral de energía geotérmica de Nesjavellir, en Islandia. Central de
energía geotérmica de Nesjavellir, en Islandia.Getty Images/iStockphoto
RTVE.es, 11.06.2014
Investigadores de la Universidad de Valladolid han estimado
cuánta electricidad se podría obtener con el calor que se almacena bajo tierra
los diez primeros kilómetros del territorio peninsular. Los resultados indican
que alrededor de 700 gigavatios, lo que quintuplica toda la capacidad eléctrica
instalada en la actualidad. Galicia, Castilla y León, Andalucía y Cataluña son
las comunidades con el mayor potencial. La temperatura aumenta 30 ºC cada
kilómetro que se desciende bajo tierra. Este gradiente térmico, generado por el
flujo de calor del interior de la Tierra y la desintegración de los elementos
radiactivos en la corteza, produce energía geotérmica. Cerca de 500 centrales
en todo el mundo ya la utilizan para generar electricidad, aunque en España
todavía no hay ninguna. Sin embargo, el subsuelo de la península ibérica tiene
capacidad para producir hasta 700 gigavatios si se explotara este recurso con
sistemas geotérmicos estimulados (EGS, por sus siglas en inglés) a entre 3 y 10
kilómetros de profundidad, donde las temperaturas superan los 150 ºC. Así lo
confirma un estudio que ingenieros de la Universidad de Valladolid (Uva)
publican en la revista Renewable Energy.
Sistemas geotérmicos estimulados: “La explotación de un
sistema EGS pasa por la inyección de un fluido -agua o dióxido de carbono- para
extraer energía térmica de la roca situada unos pocos miles de metros bajo la
superficie, y cuya permeabilidad se ha mejorado o estimulado previamente con
procesos de fracturación”, explica César Chamorro, uno de los autores del
estudio. “Después, el fluido calentado se lleva arriba a la central geotérmica,
donde se produce electricidad, generalmente mediante un ciclo binario (con
intercambio de calor entre el agua y un líquido orgánico), y se vuelve a
inyectar al yacimiento en un ciclo cerrado”. Aunque existen estaciones EGS
experimentales en países como EE. UU., Australia y Japón, solo hay una
conectada a la red: la de Soultz-sous-Forêts en Francia. El resto de las
centrales geotérmicas actuales están en las pocas zonas de la Tierra donde se
producen anomalías térmicas y presencia de agua caliente a poca profundidad,
como en Islandia. “Sin embargo, los recursos EGS se distribuyen de forma amplia
y uniforme, por lo que su potencial es enorme y podría proporcionar una
potencia significativa a medio o largo plazo, de forma constante las 24 horas
del día”, destaca Chamorro, que compara: “Los 700 GW eléctricos que indica el
estudio representan aproximadamente unas cinco veces la actual potencia
eléctrica instalada en España, si sumamos la de los combustibles fósiles, la
nuclear y la renovable”.
El potencial técnico y renovable: “Incluso si limitamos el
cálculo hasta los 7 km de profundidad -añade-, el potencial alcanza los 190 GW;
y entre los 3 y 5 km sería 30 GW”. Todos estos datos hacen referencia al
llamado ‘potencial técnico’, que supone un enfriamiento (mediante agua) de 10
ºC en rocas que estén al menos a 150 ºC para extraer una fracción de energía
durante un periodo de explotación de 30 años. Existe otro potencial, el
renovable o sostenible, que solo considera la energía eléctrica que se podría
obtener si se aprovechara el flujo térmico al ritmo que llega a la corteza
desde el interior de la Tierra. Este valor es significativamente menor, y en el
caso de España se estima en 3,2 GW. “Parece poco, pero es el equivalente a tres
centrales nucleares”, apunta el ingeniero, quien aclara que el límite de
potencia instalable sería un valor intermedio entre el potencial técnico y el
renovable. Según el estudio, las regiones en las que se alcanzan mayores
temperaturas a menores profundidades, y por tanto, con mayor potencial
geotérmico y susceptibles de estudios más detallados para su desarrollo, son
Galicia, oeste de Castilla y León, Sistema Central, Andalucía y Cataluña. El
motivo es que en su subsuelo hay mayor fricción entre placas del zócalo y
presencia de materiales graníticos. Los resultados son una referencia a escala
regional, por lo que la instalación de una central goetérmica en un lugar
concreto requeriría estudios más detallados.
Estimación de las temperaturas: Para estimar las
temperaturas a distintas profundidades (desde los 3.500 m hasta los 9.500 m de
profundidad) los investigadores han partido del flujo de calor y temperaturas a
1.000 m y 2.000 m que ofrece el Atlas de Recursos Geotérmicos de Europa, así
como de lo datos térmicos de la superficie terrestre que facilita la NASA. Con
esta misma información aplicada a toda Europa los investigadores han publicado
otro estudio, en la revista Energy, donde comparan los potenciales de cada
país. Turquía, Islandia y Francia son los que presentan mayor potencial. En
conjunto, el potencial técnico del continente supera los 6.500 GW eléctricos. Respeto
a la implantación de la tecnología EGS, los autores reconocen que todavía hay
problemas importantes que se deben investigar, como las técnicas idóneas de
perforación, la mejor forma de fracturar la roca o cómo operar ciclos
termodinámicos avanzados. “Pero cuando se resuelvan se podrá pasar de la
viabilidad técnica alcanzada hoy a la viabilidad económica que permita su
explotación comercial”, apunta Chamorro. Según un informe del Instituto Tecnológico
de Massachusetts (MIT), con una adecuada inversión en I+D, en 2050 se podrían
instalar 100 GW eléctricos con esta tecnología en EE. UU. “En el caso de
España, los sistemas EGS también podrían tener una contribución significativa
al mix energético nacional, reduciendo la dependencia energética del exterior y
disminuyendo las emisiones de gases de efecto invernadero”, concluye el
ingeniero.
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