Nuria Cano
Afronta una década marcada por el cumplimiento de los objetivos europeos
El trazado está sobre la mesa. Con un nuevo escenario económico y, por tanto, de consumo, España diseña su planificación energética para la próxima década. Reforzar la red en puntos todavía débiles, aumentar las interconexiones internacionales y continuar dando respaldo a las renovables son algunos de los retos, pero no los únicos. En los últimos diez años se han construido nuevas líneas y subestaciones, que han sentado las bases para seguir avanzando en un mapa de transporte más flexible y eficiente: la red eléctrica del futuro.
En el año 2000, en España había poco más de 2.000 megavatios (MW) de potencia instalada en renovables y ni un ciclo combinado en marcha. Nuclear y centrales térmicas de carbón y fuel sustentaban la demanda, junto a la hidráulica. En los Pirineos, la capacidad de intercambio de energía con Europa a través de Francia era reducida. Por el sur, ya se empezaba a plantear un segundo cable de interconexión con Marruecos (proyecto Remo), y con Portugal aún quedaba mucho por hacer. En el mapa eléctrico peninsular había 14.918 kilómetros de líneas de 400 kilovoltios (kV) y 16.000 de 220 kV. La demanda de energía eléctrica, como la economía, crecía a buen ritmo —el año 2000 se cerró con un aumento del 5,7% en el consumo peninsular y del 7,1% en las islas—, y todavía muchos puntos de la geografía presentaban serias carencias de red y de calidad en el suministro.
Una década después, al cierre del año 2010, en la España peninsular había más de 20.000 MW eólicos y más de 4.000 MW solares integrados en el sistema, y cerca de 25.300 MW de ciclos combinados. Las renovables cubren ya más del 30% de la demanda. El proyecto de una nueva interconexión con Francia está en marcha, con el 2014 como fecha prevista de puesta en servicio; el segundo cable con Marruecos es una realidad desde el 2006, y con Portugal, donde ya existen varias conexiones, se plantean dos nuevos ejes, uno al norte y otro al sur. La red peninsular ha crecido y se ha reforzado de forma considerable: 18.765 kilómetros de líneas de 400 kV, 17.110 de 220 kV y 69.122 megavoltamperios de capacidad de transformación. Mientras, la demanda se ha estabilizado, enfriada por la situación económica, con un incremento del 3,3% en el 2010, tras caer un 4,9% en el 2009.
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